En la comparecencia de hoy en el Congreso de los Diputados, Pedro Sánchez puso fin a su intervención con un enérgico discurso en defensa del modelo de bienestar social y los servicios públicos en España, en clara alusión a las políticas de la derecha y la ultraderecha. “Defender España no es pasear con la bandera del aguilucho, la bandera preconstitucional, ni invertir un 5% del PIB en armamento, ni criminalizar a los inmigrantes, ni crear polémicas vacías contra Marruecos o Francia, ni envolverse en la bandera ni reivindicar una interpretación sesgada de nuestro pasado colonial. Eso nada tiene que ver con el patriotismo ni tampoco con la valentía”, afirmó el presidente, subrayando la distancia con el discurso nacionalista y excluyente. Sánchez definió el auténtico patriotismo como “apostar por esas escuelas públicas que abren cada mañana, mejorar esos centros que nunca cierran ni cerraron durante la peor etapa de la COVID, y fortalecer las residencias donde cuidadores y cuidadoras públicas llaman por su nombre a quienes ya casi no recuerdan el suyo”. Para el presidente, esa es la España que “más merece nuestra pena defender”, la España del bienestar que construyeron generaciones pasadas, una España “de todos y para todos”, que integra y iguala a sus ciudadanos. Dirigiéndose a los diputados de Partido Popular y Vox, Sánchez fue tajante: “La España que es de lo público no la van a destruir ustedes. Sencillamente porque no les vamos a dejar”. Con estas palabras cerró una intervención en la que trató de marcar la diferencia entre su visión de país y la de sus adversarios políticos, denunciando las consecuencias que considera tienen las políticas de privatización y recorte en comunidades gobernadas por la derecha.