El Ministerio de Transición Ecológica frenó hace tres años un plan de acondicionamiento del barranco del Poyo, unas obras que pretendían drenar parte del caudal de la rambla que se desbordó hace dos semanas. El proyecto, que se diseñó en 2006, se calificó como obra prioritaria por la Confederación del Júcar en 2009. Sin embargo, nunca vio la luz. Dos años más tarde, con Teresa Ribera como secretaria de Estado, se emite una declaración de impacto favorable. El cambio de Gobierno aparca el proyecto. Es ya en 2021, con Ribera como ministra, cuando se revisa el plan, que queda archivado definitivamente. Se toma la decisión tras observar una incompatibilidad con la Ley de protección de la Huerta Valenciana de 2018 del Gobierno autonómico de Ximo Puig. El informe de Transición Ecológica propone buscar soluciones menos agresivas con el medioambiente. Se determina, además, que la obra es demasiado cara para el beneficio que persigue.

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