Presentado por Ayuso, flanqueado por Aznar, Feijóo en su salsa, repetía un ejercicio matinal ya convertido en clásico. "Ni un día más de corrupción, el Sanchismo está en la cárcel y tiene que salir del Gobierno", decía al inicio de su intervención en la concentración junto al Templo de Debod. Siete veces despues, la novedad no está ya en este tipo de ataques, ni en la escenografía, ni en el sentir general de su publico. La novedad son las circunstancias: ciclo electoral a la vista, el PSOE con el suelo abriéndose a sus pies, Feijóo aprieta con mensajes para los socios que aún sostienen al Gobierno (léase Junts o PNV); para Podemos, al que pretende arrebatar al badera del descontento; y para Vox, que le disputa su electorado. "Yo no me equivoco de adversario", le ha deslizado a Abscal y los suyos. El líder del PP, jaleado por los congregados, ni mención al pacto fantasma Sánchez-Otegi que supuestamente alumbró la legislaura, citado sí por sus teloneros. Ayuso dice que ETA está preparando "un asalto al País Vasco y a Navarra". No es momento apuntaba la presidenta de la Comunidad de Madrid, para las medias tintas.