Es la crónica del fracaso anunciado desde hace días de la Conferencia de Presidentes. Empecemos por los gestos. Los saludos protocolarios a la llegada con el presidente de la Generalitat como anfitrión. Todos afectuosos con los presidentes autonómicos del PP, excepto Ayuso, y también abrazo con Emiliano García-Page. Llegada del presidente del Gobierno y del rey Felipe VI, y ahí comienza la línea de saludos con cara de pocos amigos del presidente valenciano y frialdad de Sánchez con su barón más crítico, Emiliano Garcia-Page. Del frío al hielo con Díaz Ayuso, que con cara de circunstancias saluda al presidente del Gobierno. En los corrillos posteriores hay sonrisas y hasta bromas, un espejismo que ha durado hasta que se ha marchado el rey. A partir de ahí, recado de Sánchez y Salvador Illa a Ayuso por el uso de traductores. Porque la presienta madrileña había amenazado con salir de la sala si se utilizaban las lenguas cooficiales y ha cumplido. Ha salido al comenzar a hablar en euskera el lehendakari Pradales. Con este ambiente político que nadie trata de relajar, Sánchez ha pedido, hoy sí, una tregua para llegar a acuerdos, pero las comunidades del PP han ido con un discurso coordinado. La situación es insostenible y Sánchez debe convocar elecciones. Ese ha sido el final, uno tras otro, de las intervenciones de los presidentes del PP dos días antes de la manifestación que han convocado contra el Gobierno. La respuesta del presidente del Gobierno no se ha salido de su guion: la intención es agotar la legislatura y llegar a 2027.