Las declaraciones de Martínez-Almeida no dejaban lugar a dudas y reconocía que los grupos de izquierda tienen derecho a colgar la bandera LGTBIQ+ en los balcones del Ayuntamiento. Una postura inequívoca que zanjaba el debate abierto en los últimos días a raíz de que el presidente del pleno, Borja Zanjul, intentara obligar a los grupos de izquierda a no exhibir la bandera arcoíris. Rita Maestre, portavoz de Más Madrid, calificaba la orden como un acto de censura y advierte que la colocación de la bandera está amparada por la jurisprudencia española. Pero no será necesario, ya que el 16 de junio el Tribunal Supremo dictaminaba que colgar la bandera arcoíris en los edificios públicos no infringe la ley y tampoco vulnera los principios de objetividad y neutralidad de las Administraciones Públicas. Lo que sí parece inamovible es que en la fachada del Ayuntamiento de Madrid no se descolgará una bandera física tras una polémica que parece terminar a apenas dos días del Orgullo.