Peinado, sin descanso, vuelve a mover ficha. Como ya lo hizo con el delito de malversación, ahora propone que la pieza principal de la causa Begoña Gómez sea también juzgada por un jurado. Incluye cuatro posibles delitos: tráfico de influencias, corrupción en los negocios, apropiación indebida e intrusismo. Peinado, además, añade en un segundo auto, que Begoña Gómez "difícilmente podría haber cometido esos delitos de no haber sido la esposa del presidente del Gobierno". A algunos juristas le suscita dudas que Peinado haya optado por el jurado. Esta parte de la investigación se centra en las cartas de apoyo que Gómez redactó para el empresario Barrabés en contratos de licitación pública. Si lo hizo, tal y como sostiene el juez, como favor para obtener patrocinios en su cátedra de la Complutense y así proyectar su carrera. Y también, como se le acusa, si se apropió indebidamente de un software de dicha universidad. En definitiva, si Gómez utilizó su proximidad al presidente del Gobierno para vender favores y a cambio posicionarse ella mejor en su ámbito profesional. La última vez los imputados no se presentaron y delegaron la citación en sus abogados. Veremos si se repite la situación o Gómez hace acto de presencia en lo que sería su quinto cara a cara con el juez Peinado.