Junts tensa la cuerda de su relación con el Gobierno con una consulta a sus bases
La derecha independentista se debilita en las encuestas con la irrupción de Aliança Catalana
Es recurrente, el gobierno necesita los votos de la derecha independentista catalana y Junts aprieta. Esta vez con consulta a sus militantes el lunes para decidir si rompen o no relaciones con Sánchez. Para Toni Aira, profesor de comunicación política de la UPF - BSM la causa de este movimiento es "que existe un hastío y una inquietud a propósito de Pedro Sánchez para llegar a acuerdos con otros partidos que le aseguran que esté en el poder pero que cumple muy relativamente. Eso lo sufrió ERC y de ello se benefició Junts y ahora Junts tiene miedo de que le pase algo similar". La irrupción de la ultraderecha independentista de Aliança Catalana ha dejado al partido de Puigdemont debilitado en las encuestas. En primera línea sus alcaldes alertan ya de que están empeorando sus resultados. Éste sábado en un encuentro con ellos Jordi Turull, secretario general de Junts, se sumaba a sus preocupaciones: "Faltan 19 meses para las elecciones municipales y no podemos permitir política que opta por la resignación y la inercia. El reto es mayúsculo", aseguraba. ¿Hasta dónde pueden llegar los postconvergentes? En su mano tienen incluso facilitar una moción de censura. Cuenta con un nuevo PP sin líneas rojas al independentismo, puede que incluso con VOX, que ponía condiciones como que se celebraran inmediatamente elecciones y que este viernes se mostraba desconfiado. Su portavoz en el Congreso, Pepa Millán, declaraba desde Granada que "ellos ya habían presentado dos mociones de censura", en alusión a Junts, que no había apoyado ninguna de las dos. La defensa del Gobierno es que sería dar poder a partidos antiindependentistas. "El PP estuvo en contra del procès igual que Pedro Sánchez, lo que pasó es que el PP estaba en el Gobierno cuando se aplicó el 155 con el apoyo de Pedro Sánchez. A pesar de eso, Junts ha apoyado a Pedro Sánchez", asegura Aira. Junts podría escenificar ahora una ruptura de un idilio que nunca existió, ni una vez ha garantizado su voto y en muchas ocasiones lo ha hecho en contra del Gobierno. Si cumple su amenaza podrá continuar haciendo lo mismo pero desprendiéndose de la etiqueta de muletilla de Sánchez.