Reunión en Bruselas a puerta cerrada, y tan cerrada que ni el propio presidente del Gobierno tuvo tiempo de ponerse al tanto, eso dijo. La discreción del encuentro entre Puigdemont y Zapatero es lo que prima, defiende el ministro Bolaños. Pero el Ejecutivo sí reconoce que se habló de presupuestos. No con éxito, según fuentes de Junts, ya que el Gobierno no está cumpliendo con sus compromisos, y mientras siga así, ellos no apoyarán los Presupuestos. El lunes se reunirán de nuevo, esta vez Puigdemont con los suyos, para ver sus próximos movimientos tras el fracaso de la reunión. No son los únicos descontentos. ERC también exige: o cumplen o que no cuenten con ellos. El PP insiste. El Gobierno, dicen, está sometido a los independentistas. Las cosas no parece que vayan a ponerse más fáciles para Sánchez. La semana que viene llega al Congreso la petición de Junts para que Cataluña se quede con las competencias en materia de inmigración. Podemos cree que es racista y anuncia que la tumbarán: otra decepción más de los de Puigdemont y para el Gobierno, que tensa aún más la legislatura.