Tan solo tres minutos después de la firma del contrato de mascarillas que destapó esta trama, el presidente de la Diputación de Almería, Javier Aureliano, pone un emoticono en el grupo Naranjito, el que compartía con sus vicepresidentes. Una muela, parte del lenguaje en clave que considera el juez utilizaban para hablar de las presuntas mordidas. La cantidad de veces que emplean términos odontológicos, dice el magistrado, es extraña, demasiado recurrente y carece de sentido. El juez señala también en el auto que el dinero de esas comisiones lo utilizarían para costearse viajes de ocio a Ibiza y a Madrid pagándolo todo en efectivo. O en el caso del presidente de la Diputación, incluso para pagar inmuebles y propiedades sin dejar ningún rastro bancario. Una trama en la que, señala el magistrado, el presidente Javier Aureliano tenía pleno conocimiento y participación.