Juan Carlos I, cinco años lejos de casa
Se cumple un lustro desde que el rey emérito emprendiera su camino al anonimato, al anunciar su marcha a Abu Dabi
En su día fue lo más. Hoy en un señor con título de segunda. Que vive en Arabia. Distanciado de su familia. Al que vemos de año en año aquí en su país, a bordo de su velero. Así de crudo ha sido el cambio (la caída) de Juan Carlos I desde aquel 3 de agosto (ahora hace justo cinco años) en el que anunció su decisión de abandonar España. Se fue convencido de prestar el ""mejor servicio a los españoles"... le dijo a su hijo con la retórica habitual de la corona, antes de salir de tapadillo - nadie supo donde estaba hasta que esta foto en NIUS lo situó en Abu Dabi- ; perseguido por la sombra de su dinero oculto, sus manejos y sus devaneos sexuales. Fue un tiempo convulso. Felipe le había retirado la asignación, renunció a una herencia bajo sopecha. Juan Carlos limpió su dinero con dos regularizaciones. Se libró del acoso judicial NO por ser inocente sino por prescripción o por ser inviolable cuando los supuestos delitos. El archivo de todas las causas le permitió, eso sí, volver a pisar España. Fue en mayo del 22. De entonces aquí, el antiguo rey titular se ha ido deslizando hacia el anonimato, ocasionalmente roto por una visita de sus nietos, un encuentro con su hijo, un aniversario como éste, por ejemplo. Radicado fiscalmente en Abu Dabi, tiene dos frentes judiciales latentes: uno con Corinna, por dinero; otro, con Revilla, por el honor. Con un libro de memorias -dicen- a punto de salir, a un paso del 50 aniversario de su proclamación. nadie, públicamente, habla de su vuelta.