Uno de los juicios más mediáticos de los últimos años por el perfil y el pasado político del acusado, por la gravedad de la denuncia y por la particularidad de los interrogatorios en la fase de instrucción. Más allá de la forma de actuar del juez instructor, lo relevante hoy es que decide procesar a Iñigo Errejón al dar credibilidad a la declaración de Elisa Mouliaá. Dice el juez Carretero que el relato de la actriz es coherente en lo esencial y por tanto un indicio probatorio. Con este elemento sobre la mesa, entiende el juez que no puede archivar la causa contra el exportavoz de Sumar. Iñigo Errejón negó agresión alguna y defendió que hubo consentimiento en todo momento con la actriz. La última palabra la tendrá la Audiencia de Madrid. Si no atiende el recurso de Errejón, se tendrá que sentar en el banquillo.