Los reyes llegan al Palacio Real. Dentro, radiografía de la política española el día después de la condena al fiscal. Él estaba invitado, pero no ha asistido. En una fila charlan los ministros del Gobierno. Justo detrás, Feijóo con los expresidentes del PP. No se mezclan. Ahí están también la presidenta del Supremo, codo con codo con el del Constitucional. Los dos con caras serias. El socialista Page conversa animadamente con los presidentes autonómicos populares. Entra Sánchez, serio, saluda con un gesto a sus ministros; se sienta a dos metros de Feijóo, que le ha pedido una vez más su dimisión. En el discurso del rey, apelaciones constantes al método de la transición. Felipe VI ha reivindicado la figura de su padre, el gran ausente del acto, y ha alabado el papel de su madre. La reina Sofia ha recibido el Toisón de Oro, la máxima distinción de la Corona, al igual que los dos padres vivos de la Constitución y Felipe González. Constantes apelaciones a la concordia y el diálogo entre diferentes, pero a la salida, en los corrillos, Sánchez y Feijóo cada uno con los suyos.