En el día de la comparecencia clave de Pedro Sánchez, Yolanda Díaz llegaba pasando de largo de su escaño en el Congreso de los Diputados. Recibía las condolencias del gobierno pero en vez de ocupar su asiento de vicepresidenta prefería colocarse junto a su equipo de Sumar. Día complicado y no solo por lo personal. Cómplice del PSOE le gritaba una bancada popular que andaba protestona. Varias veces interrumpían su discurso llevándose la reprimenda de Francina Armengol: "Los que no quieran guardar silencio, los que no quieran escuchar están invitados a salir del salón de plenos". Los hay que ni iban. Ni rastro de Ábalos en el grupo mixto. Y otros que preferían llegar tarde. Los de VOX se saltaban la comparecencia de Sánchez. Hacían tiempo en el patio y llegaban a los aplausos. Abascal escucha el discurso de Feijóo, habla y cuando le quieren responder ya no está, por ello Sánchez se preguntaba: "¿Qué le voy a responder al señor Abascal? Es una falta de respeto, entonces no le voy a decir nada al señor Abascal". Lo mismo le ocurría a Gabril Rufián que mandaba a callar a los populares y tiraba de ironía sobre los nuevos nombramientos en el PP. Nombres de altura, apostillaba el ministro Óscar López: "Gente diplomática. Señor Tellado, señora Ester Muñoz". Son los que ocupan nuevo sitio junto a Feijóo. Cuca Gamarra pasa a la fila de atrás. Cambios también entre los socialistas con su portavoz Montse Mínguez junto a Patxi López. Curiosidades de una mañana que comenzaba con una pregunta insistente en el pasillo del Congreso. Los periodistas preguntaban a los ministros si convencerían a los socios de gobierno pero todos preferían dejar en el aire.