Se cumple un año de la insólita fuga de Puigdemont tras reaparecer en Barcelona para dar un breve discurso
Hoy ha dicho que su intención era acceder a su escaño en el Parlament, donde tenía lugar la investidura de Salvador Illa, pero no lo hizo para evitar su arresto
Se esfumó entre los gritos y la estupefacción, ante las cámaras y los mossos. Su anunciado regreso después de 7 años huido, terminó con una operación policial fallida televisada en directo. Según el relato de Turull, Puigdemont llegó a Barcelona desde el Norte en coche, dos días antes, y se instaló en un piso cerca del Arc de Triomf. Tras un discurso de 5 minutos salió por la carpa de detrás del escenario y volvió a Waterloo sin ser detenido. No se marchó de Barcelona hasta las 8 de la noche. Convencidos de que el expresidente entraría en el Parlament, tenían previsto esperarle para llevarle a la Ciudad de la Justicia. Pretendían un arresto proporcional, como el de Clara Ponsatí en marzo de 2023, por eso, y a pesar del despliegue, nunca se elaboró un dispositivo para su detención. Solo un mosso le vio subir al Honda blanco en el que huyó, pero la emisora estaba saturada y no pudo avisar a tiempo. La sombra de la sospecha cayó sobre muchos agentes. Tres de ellos continúan imputados, acusados de encubrimiento. Aquel día no estaban de servicio: Dos estaban de vacaciones... el tercero, titular del coche en el que escapó, de baja. Puigdemont hoy, vía tuit, asegura que su intención era acceder a su escaño en el Parlament, donde tenía lugar la investidura de Salvador Illa, pero se justifica diciendo que no lo hizo para evitar su arresto, y denuncia la acción del Supremo y la pasividad de Sánchez ante su situación. Con la incertidumbre de su futuro judicial, a pesar del aval del Constitucional a la Ley de Amnistía, Puigdemont sigue condicionando el bloqueo parlamentario.