Yassine se cubre la cabeza con la capucha para enfrentarse a la Justicia. Con la ayuda de un traductor, el magistrado le comunica los cargos que se le imputan por la muerte del sacristán y el intento de asesinato de un sacerdote. Aparentemente tranquilo, la misma actitud con la que cometió el asesinato, según los testigos. Todos han descrito la sangre fría del agresor, protegidos por una mampara. El miedo les ha impedido encontrarse con él. A cara descubierta, uno de los policías que intervinieron ha explicado cómo fue su detención. En la sala se ha escuchado el testimonio del sacerdote que quedó gravemente herido. Una declaración grabada meses antes de morir. Aunque la defensa alega problemas de salud mental, el crimen ha sido calificado como atentado yihadista y el acusado se enfrenta a más de 50 años de cárcel.