Santos Cerdán declara por primera vez como investigado y se desvincula de todo. Sobre su vinculación a Antxon Alonso, administrador único de Servinabar, empresa en la que Cerdán aparece como propietario del 45% de las participaciones, Cerdán asegura que no tiene "validez". Que dicho contrato fue firmado en 2016. “Un documento que nunca llegó a consagrarse”. Pues en esa época, dice Cerdán, pensó en abandonar la política por los malos resultados de 2015. Entonces, Antxon le ofreció ser socio, pero, según Cerdán, se lo consultó a su mujer y esta le recomendó seguir en el PSOE. "Le dije a Antxon que rompiera el documento", ha segurado el exnúmero tres del PSOE. Cerdán también ha negado ser el gestor, “el papel que le atribuyó la UCO”, sobre las mordidas de Koldo y Ábalos. Los audios que grabó Koldo están incompletos y sacados de contexto, ha declarado. Además, ha negado cualquier tipo de incremento patrimonial. Considera que está imputado porque fue "arquitecto de obras de gobiernos progresistas en España". Cerdán ha negado participar en el cobro de comisiones por obra pública. Sostiene que ha sido la víctima de "una cacería política". Él negocío con Bildu y el PNV, por orden de Sánchez. También con Junts. El siguiente perseguido será Félix Bolaños, por hacer lo mismo con ERC, asegura. Las explicaciones de Cerdán no parecen haber convencido al juez, que ha acordado mandarle a prisión preventiva por la posible comisión de tres delitos: integración criminal, cochecho y tráfico de influencias.