El pasado 27 de septiembre se esperaba la quinta comparecencia de Begoña Gómez ante el juez Peinado, pero fue solo su abogado quien lo hizo. No acudió al esgrimir su defensa una circular de la Fiscalía que avala que a este tipo de trámites puedan ir solo los abogados. El magistrado citó de nuevo esta tarde a la presidenta del Gobierno para un trámite similar. Esta vez para comunicarle que el hipotético juicio contra ella por los delitos de corrupción en el sector privado, tráfico de influencias, apropiación indebida e intrusismo profesional quedará también en manos de un jurado. Esta parte de la investigación se centra en las cartas de apoyo que Gómez redactó para el empresario Barrabés en contratos de licitación pública. Si lo hizo, tal y como sostiene el juez, como favor para obtener patrocinios en su cátedra de la Complutense y así proyectar su carrera. Y también, como se le acusa, si se apropió indebidamente de un software de dicha universidad. Por eso, el magistrado ha ofrecido ahora a la Complutense personarse como perjudicada, algo que el propio Peinado había descartado. En la citación, el juez insistía en que los investigados deben acudir personalmente, pero tampoco hoy asiste la mujer del presidente del Gobierno.