21 de diciembre, la fecha marcada para que casi 900 mil extremeños decidan el rumbo de su comunidad y para el inicio de un dominó electoral que pasará de momento, por Castilla y León y Andalucía.

544 días después de las últimas elecciones en el país, la prueba es mayúscula, más si cabe en el momento de fragilidad que atraviesa la legislatura.

Extremadura es ahora escenario de trinchera donde los líderes nacionales ofrecen cobertura a sus candidatos.

Los populares, con Guardiola, parten con ventaja según las primeras encuestas. Piden confianza. Sin embargo, las urnas decidirán si vuelven a necesitar a VOX para formar gobierno, que, con su candidato Óscar Fernández, centran el discurso en cargar contra el bipartidismo.

El elegido por el PSOE, llega a este inicio de campaña enmarañado por su procesamiento tras las presuntas irregularidades en la contratación de David Sánchez Castejón y por su fallido aforamiento exprés.

En Plasencia, los socialistas han puesto el foco en la Sanidad aprovechando el escándalo en Madrid.

El cuarto en discordia, Unidas por Extremadura con Irene de Miguel, apuntan también a la cuestión sanitaria, y en clave nacional, aspiran, dicen, a que Extremadura sea un dique de contención en todo el país contra las derechas.

Con estas ecuaciones se presentan 15 días por delante de campaña, 16 hasta la reflexión y 17 hasta unos comicios que funcionaran como primer examen en clave nacional.