Octubre de 2017. El intento de independencia fallida frustra los objetivos de Carles Puigdemont lo que se traduce en una querella por delitos de rebelión, entre otros. Ardían las calles y sus aliados independentistas declaraban en la Audiencia Nacional. Así que decidió huir en un coche a Bélgica. No, no se metió en el maletero, eso fue una leyenda que acrecentó aún más el ícono del presidente en el exilio, de este periodista convertido a político que siempre ha sabido como atraer la atención de los medios para comentar desde su retiro belga la injusticia de la justicia española. Durante estos siete años se ha librado de tres euroórdenes de busca y captura, ha presenciado desde la distancia tres elecciones catalanas y ha conseguido forzar al Gobierno de España para conseguir la Ley de Amnistía.

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