16 consejeros acompañarán a Illa en la difícil legislatura que tiene por delante. Nueve mujeres y siete hombres, no solo de la órbita del PSC, que hoy llegaban juntos a su toma de posesión. Uno a uno han ido jurando su cargo ante el presidente de Cataluña, que ha querido destacar lo que une a perfiles tan diferentes. Illa ha pescado en varios mares para conformar su nuevo gabinete, algo que no ha sentado muy bien a Junts, que en redes sociales criticaba el cambio de bando de dos de los nuevos consejeros de Illa. Sàmper, exconsejero de Junts, que rompió con el partido hace unos meses, es la persona elegida al frente de la cartera de Trabajo. Su inclusión en el nuevo Govern no es algo totalmente inesperado, como tampoco lo ha sido el del exconsejero de CiU, que en los últimos años se ha ido acercando al PSC y ahora gestionará la cartera de Justica. Guiño al nacionalismo moderado de Illa, que también ha querido reflejar rescatando de aguas de Esquerra a dos altos cargos del anterior Govern: la nueva consejera de Cultura y el nuevo consejero de Política Lingüística, un departamento de nueva creación acordado con los republicanos. El resto del Ejecutivo lo componen nombres que han estado acompañando a Illa durante sus años de oposición en la Generalitat. Destacado va a ser el papel de la consejera de Economía, que tendrá que pilotar ese cambio de financiación acordado con Esquerra, o la gestión de la nueva consejera de Interior que, con la actuación de los Mossos en entredicho, tiene que afrontar una remodelación de la Policía catalana. Sin perfiles cercanos a los comuns, y con cuatro consejeros independientes, el otro nombre a destacar es el del consejero de Acción Exterior. Exportavoz en el Parlamento Europeo, muy crítico con el procés, y con el que Illa pretende reflejar que los años convulsos del independentismo han quedado atrás.

-Redacción-