Concentrado mientras revisa y realiza anotaciones en sus documentos. Así se ha podido ver este sábado a Felipe VI en su despacho de trabajo, a punto de cumplir diez años desde su proclamación como rey. No es la primera vez que se muestra así en esta estancia reservada a la sobriedad de su día a día en su agenda oficial, pero sí la elegida por Casa Real, esta vez, para anticipar la efeméride de su primera década como jefe de Estado. Un despacho desde el que ha pronunciado su discurso más importante hasta la fecha tras el referéndum independentista ilegal en Cataluña, el 3 de octubre de 2017. Casi inalterable, en decorado, ante el paso del tiempo. Mismos elementos, de simbolismo monárquico y personal a su lado, que en su primera reunión oficial en 2014 ante el expresidente del gobierno, Mariano Rajoy, con una mesa, eso sí, mucho más despejada de papeles y libros que en la actualidad. Secuencia de hoy acompañada, también, de fotografías en blanco y negro. Incluso en mangas de camisa. Con rostro serio, mirada al jardín del palacio de la Zarzuela y algún detalle al descubierto como el bordado de sus iniciales. Primera década como jefe de Estado con la ejemplaridad como objetivo desde el 19 de junio de 2014, en pleno torbellino judicial entonces del caso Nóos y una pérdida de confianza social en la monarquía hasta la abdicación de Juan Carlos I. Con distanciamiento, personal y oficial, con su hijo y residencia en Emiratos Árabes por nuevos escándalos de los que ha sido absuelto. Un rey emérito, ahora en España, aunque siga siendo de visita y por el mar en Sanxenxo.

-Redacción-