Como en un ring de verdad, uno frente a otro y listos para combatir, cualquier movimiento está permitido. Los robots ejecutan combinaciones continuas de puñetazos, reveses, patadas laterales y rodillazos. Golpear con el brazo suma un punto siempre y cuando el golpe llegue al contrincante. No como el que parece que se ha equivocado de dirección y lanza puñetazos al aire. Las patadas están mejor valoradas: tres puntos para quien lo consiga. Pero cuidado que parece que para estos humanoides la coordinación aún no es lo suyo. Se desequilibran cuando lo intentan y directos al suelo caen de cualquier manera. De espaldas, con las piernas abiertas... y solo tienen ocho segundos para reincorporarse. Es la primera vez que se realiza este tipo de competición con robots. Se ha hecho con todo tipo de detalles: árbitro, comentaristas y por supuesto con un clásico, mano arriba para indicar el ganador. Un combate que termina hasta con celebración.