La ONU ya intuía el trato que iba a recibir del presidente estadounidense, Donald Trump, y no se lo ha puesto fácil. Primero obligando a los Trump a subir las escaleras mecánicas a pie. Después, teniendo que recurrir al papel para leer su discurso. "Solo puedo decir que quien esté operando el teleprompter tiene un serio problema", bromeó el mandatario. Ahí se acabó el tono amable y comenzó a despreciar a la ONU: "Una organización que no resuelve problemas, sino que los crea. Que no detiene invasiones, sino que las fomenta. Que solo sirve para escribir cartas contundentes con palabras vacías que no resuelven conflictos". Trump ha presumido de haber acabado con siete guerras y se quejó de que ni siquiera Naciones Unidas le haya llamado para agradecérselo. El estadounidense criticó duramente a los países que han reconocido al Estado palestino. "Es un premio demasiado grande para los terroristas de Hamás". Y exigió la liberación de los rehenes, lo que arrancó los aplausos de la delegación israelí. Trump también ha criticado a Europa. Dice que tiene un problema grave con la inmigración masiva y sus países se están yendo al infierno. También ha despreciado el cambio climático. "La mayor estafa de la historia", ha dicho. Y las políticas verdes "que están destruyendo el mundo". Trump en estado puro durante casi una hora de discurso.