El satélite muestra el antes y el después de las instalaciones nucleares iraníes atacadas por EEUU
Los proyectiles han destruido las infraestructuras de Isfahán, Natanz y Fordo
Operación Martillo de Medianoche. Y a esa hora, las 00:00 del sábado, parten de la base de la fuerza aérea de Whiteman, en Misuri, 7 bombarderos B-2 y un avión cisterna. Va a ser el mayor ataque operativo de la historia con esos aviones: 18 horas de vuelo ininterrumpido, con repostaje en el aire y las comunicaciones al mínimo para evitar cualquier interceptación. A la llegada a Oriente Medio se suman cazas raptor F-22 en labores de escolta. Así, a la una menos veinte de la madrugada hora iraní, comienza el bombardeo. 20 minutos. Con una protagonista, la GBU-57. Primera vez que se utiliza en combate. 13.600 kilos y capacidad para penetrar hasta 60 metros de profundidad, como un edificio de 20 pisos. Le llaman la antibúnker, ideal para alcanzar una instalación subterránea fortificada como la de Fordo, el principal objetivo del ataque. Allí se ha enriquecido uranio casi al 90%..., lo que ha justificado la ofensiva. En imágenes vía satélite se aprecia el terreno, la montaña bajo la que se oculta, antes del ataque. Y el después, con los agujeros que han dejado los proyectiles. Otros dos han ido contra la segunda instalación, la de Natanz, rematada con misiles Tomahawk, disparados por submarinos y navíos de la Armada desde el golfo de Omán, a más de 600 kilómetros, que también han impactado, contra el tercer punto, el centro tecnológico nuclear de Isfahán, en pleno corazón del país.