Sarah Mullally rompe moldes con su nombramiento de arzobispa de Canterbury
Es la primera vez en toda la historia de la Iglesia Anglicana que una mujer ostenta ese cargo
Enfermera, teóloga, madre de dos hijos y ahora líder espiritual de 85 millones de personas. Así es Sarah Mullally, la nueva arzobispa de Canterbury. La ayuda al enfermo ha sido el motor de su vida. Antes de ordenarse trabajó como enfermera en el Departamento Nacional de Salud de Inglaterra y fue la jefa de servicio más joven del país. Se especializó en Oncología, pero en el año 2002 decidió que tenía que dedicarse a los demás a través de la religión. Feminista orgullosa, lo demuestra rompiendo barrera tras barrera. Es la primera mujer en ostentar un alto cargo eclesiástico dentro de la Iglesia Anglicana y no oculta su pensamiento liberal, como el apoyo a los matrimonios del mismo sexo. Uno de los primeros retos a los que se enfrentará en esta nueva etapa de su vida será el proyecto de ley sobre la muerte asistida. De apariencia modesta y siempre con su crucifijo al cuello, Mullally es un soplo de aire fresco en una institución tocada por una mala gestión en un caso de abuso a menores. La Iglesia apuesta por cambios y Mullally representa a una sociedad que mira hacia el futuro.