La policía italiana ha incautado más de 220 kilogramos de explosivos de alta potencia, incluida una “megabomba” de 11,5 kg. La operación tenía como objetivo frenar el comercio ilícito de fuegos artificiales. Tras detener una furgoneta, los artificieros descubrieron docenas de proyectiles pirotécnicos de calidad profesional embalados en el interior del vehículo, junto con morteros de lanzamiento. Los agentes detuvieron a tres hombres que viajaban en el vehículo, quienes declararon que el material estaba destinado a una celebración privada de Año Nuevo para familiares y vecinos. La policía afirmó que el alijo contenía una concentración excepcionalmente alta de pólvora explosiva, muy superior a la de los fuegos artificiales de consumo, y capaz de causar graves daños si se manipula incorrectamente.