Seguidores del expresidente boliviano Evo Morales han puesto en marcha una campaña para promover el voto nulo en las elecciones generales previstas para el 17 de agosto. La iniciativa surge como respuesta a la exclusión del líder indígena de la contienda, lo que ha generado protestas y la apertura de sedes de campaña centradas en esta forma de rechazo electoral. Diversos movimientos sociales y activistas han manifestado su descontento con los candidatos actuales, en un contexto de creciente polarización dentro de la izquierda del país. Por primera vez en casi treinta años, Bolivia celebrará unos comicios sin la participación directa del exmandatario, una ausencia que sus bases interpretan como una ruptura del proceso democrático. La cita electoral se desarrollará en un clima de crisis económica e inestabilidad institucional, factores que alimentan la incertidumbre sobre el rumbo político del país.