Refugiados en una plataforma petrolífera abandonada en medio del Mediterráneo Central. Es el lugar donde se aferran a la vida 54 migrantes eritreos localizados en la madrugada del sábado al domingo por un equipo de cuatro rescatistas de Open Arms. Les preguntan si necesitan que venga un médico desde el Astral, el barco de apoyo, porque entre ellos, además de dos niños de corta edad hay dos bebés. Uno de ellos nacido 48 horas antes en la plataforma, donde llevan tres días tras quedar a la deriva, sin combustible en una embarcación ya hundida. Habían salido cinco días antes desde la costa de Libia. El rescate de tres horas y media es un desafío por el fuerte viento y las olas de metro y medio, pero también por la altura y el estado de la instalación abandonada desde hace años. En el traslado, ya al amanecer, se encuentran esta otra embarcación con 109 migrantes, que son atendidos y trasladados a otro barco humanitario, el Louise Michel. Los 54 eritreos de la plataforma, entre ellos siete mujeres, ya están en tierra, en la isla de Lampedusa, al sur de Sicilia, tras ser transferidos a los guardacostas italianos. Todos con vida, pero exhaustos y con necesidad de atención médica.