Ni el propio Sarkozy podía imaginar una sentencia tan dura. Cinco años de cárcel por aceptar sobornos de Muamar el Gadafi. Hay que remontarse al año 2005, cuando Sarkozy era ministro del Interior y el dinero que recibió del dictador libio por apoyarle en su aislamiento internacional pudo utilizarlo para financiar su campaña presidencial de 2007. Aunque eso no está probado, ya que el rastro del dinero se perdió. "Si ellos quieren que yo duerma en prisión, dormiré en prisión. Pero con la cabeza alta. Soy inocente. Es una injusticia escandalosa", denunciaba Sarkozy visiblemente afectado a la salida de la audiencia. Muy enfadada también su mujer. Carla Bruni ha cogido la esponja del micrófono de Mediapart, medio que reveló la trama, y la ha tirado al suelo. Aunque apele, Sarkozy irá a la cárcel, y ya una vez entre rejas, a sus 70 años podrá pedir la libertad provisional. Pero ya se habrá convertido en el primer expresidente francés en entrar en prisión.