El hambre consume a la población gazatí. Necesitan ayuda, pero tratar de conseguirla puede convertirse en una trampa mortal. Médicos Sin Fronteras denuncia una masacre orquestada, una violencia precisa por parte de soldados israelíes y contratistas privados estadounidenses contra palestinos hambrientos en los puntos de distribución de la ayuda. Puntos gestionados por la controvertida organización israelí estadounidense Fundación Humanitaria para Gaza. En las clínicas de Médicos sin Fronteras, donde asisten a las víctimas, lo ven cada día: "Todos los muertos presentaban disparos en las partes superiores del cuerpo”. Un palestino cuenta cómo en tan solo diez minutos vio 20 cadáveres a su alrededor, todos con disparos en la cabeza o en el estómago. Desde que el pasado mayo Israel estableciese su plan de distribución militarizada, más de 800 gazatíes han muerto, según la ONU, cuando intentaban conseguir algo de ayuda.