La expectación era enorme en la entrega del Nobel a Corina, finalmente sin Corina. La opositora venezolana no ha llegado a tiempo a la ceremonia, pero sí ha estado muy presente en el Ayuntamiento de Oslo. Junto a su silla vacía, Ana, su hija mayor, encargada de recoger el diploma y la medalla. En primera fila, la madre de María Corina y el presidente electo del país Edmundo González. María Corina lleva viviendo en la clandestinidad desde las elecciones de julio de 2024, cuando Maduro no admitió su derrota. El presidente del Comité del Nobel ha pedido al líder chavista que acepte el resultado y abandone el poder. Tras la ceremonia, ya por la tarde, ni rastro de María Corina. No ha participado en la procesión de las antorchas, uno de los actos más tradicionales, que ha recorrido el centro de la capital noruega hasta el hotel donde la opositora habría saludado. Desde el balcón, en su nombre, lo ha hecho su hija. María Corina confirmó esta mañana que estaba de camino a Oslo, pero a esta hora su paradero sigue siendo una incógnita.