Separados por la política pero unidos en el orgullo, miembros de las comunidades LGBTIq+ de Chipre marcharon el sábado 27 de septiembre desde ambos lados de la capital, Nicosia, dividida por tensiones políticas, para reclamar igualdad de derechos. Fue la cuarta edición del evento, con dos manifestaciones que partieron por separado y se encontraron en la zona de seguridad controlada por la ONU, convertida en un punto de encuentro festivo y reivindicativo. Miles de manifestantes cruzaron hacia esta área, transformándola en un espacio teñido de colores arcoíris donde se abrazaron y desplegaron una bandera gigante como símbolo de unidad. «Estamos aquí para mostrar solidaridad, cuidado y alegría», dijo Erman Dolmaci, activista y organizador del desfile. Otro participante, Theo Leronymides, añadió: «Las divisiones siguen existiendo, pero de una manera muy extraña también nos unen». Chipre permanece dividida desde 1974, tras la invasión turca que siguió a un golpe de Estado inspirado por Grecia. Desde entonces, la comunidad turcochipriota habita el norte de la isla y los grecochipriotas el sur.