Más de 80.000 policías han sido movilizados en Francia para evitar incidentes durante la jornada de protestas contra los inminentes recortes presupuestarios. Los sindicatos exigen un mayor gasto en servicios públicos, más impuestos a los ricos y la eliminación de un impopular cambio en el sistema de pensiones. El malestar social se produce en un momento en que el presidente Emmanuel Macron y su recién nombrado primer ministro Sébastien Lecornu se enfrentan a una crisis política y a la presión de controlar las finanzas de la segunda economía más grande de la eurozona. El predecesor de Lecornu, François Bayrou, fue destituido por el parlamento la semana pasada debido a su plan de recortar el presupuesto en 44.000 millones de euros. El nuevo primer ministro aún no ha dicho qué hará con los planes de Bayrou, aunque ha abierto la puerta a la posibilidad de llegar a acuerdos.