Las investigaciones continúan en París tras el robo en el Louvre, propio de una historia de ficción, en el que fueron sustraídas varias joyas históricas procedentes del tesoro de Napoleón en el ala Apolo.

Gran parte de la atención de las autoridades se ha centrado en un pequeño camión aparcado junto al museo, equipado con una escalera que se extendía hasta un balcón del primer piso, por donde los ladrones accedieron al ala Apolo. Durante toda la tarde, investigadores de la policía han trabajado en la zona para buscar pistas que les lleven a los ladrones.

La policía encontró en las inmediaciones de la calle varios objetos abandonados por los ladrones: dos radiales, un soplete, gasolina, guantes, un walkie-talkie, una manta y una joya rota, muy cerca del museo.