Los primeros datos de la investigación del trágico accidente del funincular de Lisboa desvelan que el cable que se rompió con cumplía con la normativa europea para el transporte de personas. Tampoco con los requisitos de la propia empresa de transporte urbano. Las investigaciones revelan que hubo fallos en la compra de material por parte de la empresa.

En el accidente, la rotura de este cable hizo que la cabina del funincular se estrellara y causara la muerte de 16 personas, la mayoría turistas.