Adam es un niño gazatí de 11 años. En un ataque israelí a su edificio el mes pasado, perdió a sus 9 hermanos y a su padre. Las consecuencias físicas para él fueron una mano rota y un vendaje que ocupa todo su brazo izquierdo. Ahora, encara el futuro junto a su madre. Viaja a Italia para recibir tratamiento médico junto a otro grupo de palestinos. Piensa en recuperarse y llegar a Egipto para comenzar allí una nueva vida.