La juventud peruana salió de nuevo a las calles este sábado 27 de septiembre para protestar contra la presidenta Dina Boluarte, en una jornada marcada por choques con la policía cerca del Congreso, donde los agentes lanzaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Las protestas, que comenzaron el 20 de septiembre tras la reforma del sistema de pensiones —que obliga a todos los mayores de 18 años a inscribirse en un fondo—, se han visto alimentadas por el descontento hacia Boluarte y el Congreso. A los estudiantes y jóvenes de la llamada Generación Z se sumaron colectivos de transportistas y comerciantes que denuncian la creciente inseguridad. La indignación también responde a los escándalos de corrupción, la inestabilidad económica y la falta de rendición de cuentas por las decenas de muertos en protestas tras la destitución y arresto de Pedro Castillo en 2022. Según un informe del Instituto de Estudios Peruanos publicado en julio, la aprobación de Boluarte apenas alcanza el 2,5 %, mientras que la del Congreso se sitúa en el 3 %. Las protestas en Perú se suman a movilizaciones juveniles recientes en países como Indonesia y Nepal. Un símbolo común en las marchas es una calavera con sombrero de paja, inspirada en el manga japonés One Piece.