La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, ha visitado por sorpresa la cárcel de Alcatraz. Una visita enmarcada en la intención de Donald Trump de reabrir la famosa prisión, reconvertida ahora en museo. Hacerlo según algunos expertos sería carísimo, ya que hasta allí ni siquiera llega suministro de agua, y además se perderían los millones que genera cada año por la venta de entradas. Solo pudo entrar con ella la cadena favorita del presidente, la Fox, lo que ha hecho que se interprete como un intento por tapar el escándalo Epstein.