Estados Unidos se prepara para despedir mañana domingo al activista ultraconservador Charlie Kirk en un multitudinario funeral que tendrá lugar en el estadio de Glendale, Arizona. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha confirmado su asistencia a la ceremonia, que contará con un amplio despliegue de seguridad ante el temor a nuevos incidentes. Kirk fue asesinado la pasada semana durante un debate en la Universidad de Utah, en un ataque perpetrado por el joven Tyler Robinson. El crimen ha reavivado la preocupación por la escalada de violencia política en el país y ha generado un intenso debate sobre la polarización social y el uso del discurso de odio en entornos públicos. Este domingo se ha instalado la capilla ardiente en un tanatorio de Phoenix, donde cientos de seguidores y simpatizantes han acudido para rendir homenaje al activista y trasladar sus condolencias a la familia. La vigilia de anoche se celebró frente a la vivienda de Kirk, en un ambiente marcado por el recogimiento y la indignación. Las autoridades locales han advertido de que el operativo de seguridad para el funeral incluirá controles de acceso reforzados y presencia de cuerpos federales, con el objetivo de garantizar que la despedida transcurra sin altercados.