Es la imagen de la desesperación más absoluta, la de decenas de miles de gazatíes, también muchos niños, que ya no pueden esperar más. Tras casi tres meses de bloqueo, el caos se ha apoderado de un centro de distribución de alimentos en Rafah, en el sur de la Franja. Algunos palestinos incluso han roto las vallas de seguridad para conseguir algo de comida que echarse a la boca. Un reparto de ayuda humanitaria que iba a ser ordenado, pero que se ha convertido en un auténtico caos. La ONG respaldada por Estados Unidos e Israel se ha visto tan desbordada que han suspendido la distribución. Incluso los miembros de seguridad que los acompañaban han tenido que disparar al aire para dispersar a la multitud. La ONG dice haber distribuido unas 8.000 cajas de alimentos, equivalentes a unas 462.000 comidas.