Donald Trump llegó para cambiar el orden mundial. Aseguró que no iba a empezar ninguna guerra. Alardea de haber acabado con siete de ellas y hasta que acabaría con la de Ucrania en menos de 24 horas. Nueve meses después, Rusia sigue atacando el territorio ucraniano, aunque ha anunciado que va a hablar de nuevo con Putin, porque Donald Trump es un hombre de paz, pero no le tiembla la mano. Los Estados Unidos han atacado Yemen o Irán. Mientras, el aspirante a Premio Nobel de la Paz ha ido barruntando quedarse con Groenlandia y ahora ha atacado una supuesta narcolancha procedente de Venezuela, con un golpe letal fuera de todas las reglas del Derecho Internacional y el Derecho del Mar. Toda una declaración de guerra, que sume al Caribe en máxima tensión. En una demostración de fuerza, dos cazas venezolanos han sobrevolado un destructor norteamericano en el Caribe. El secretario de Defensa, que será a partir de hoy el secretario de la Guerra, afinaba ayer su puntería en el campo de tiro por los conflictos que puedan llegar.