Cientos de personas se dirigen a pie en busca de comida, pero lo que antes eran 400 puntos de distribución de la ONU hoy son cuatro ubicados en el sur de la Franja de Gaza y controlados por estadounidenses e israelíes. Tras más de dos meses de bloqueo, la desesperación lleva a los gazatíes a asaltar los almacenes de alimentos, como el último, supuestamente de la ONU y controlado por las autoridades de Hamás. El hambre destroza todo orden y en redes proliferan vídeos en los que se acusa a la organización islamista de quedarse con la ayuda. De lo que no hay duda es de que el nuevo sistema de distribución puesto en marcha por Israel está siendo caótico, con varias personas muertas. Un drama insoportable, lloró ayer el embajador palestino ante la ONU, pero que no hace mella en los representantes israelíes, determinados a acabar con Hamás, tomar militarmente Gaza y hacerse con más territorios en Cisjordania. El Gobierno de Netanyahu ha aprobado 22 nuevos asentamientos judíos en territorio palestino para evitar, reconoce, el establecimiento de un Estado que ponga en peligro a Israel.