Era exactamente lo que Donald Trump quería. Un bullying arancelario que, de momento, con Apple le ha funcionado. La compañía de la manzana invertirá 600.000 millones de dólares en EEUU. Es la inversión más grande, reconoce el magnate, de Apple en el gigante americano. El vasallaje de la empresa ha llegado hasta el Despacho Oval. Tim Cook le ha regalado a Trump una placa con una base de oro de 24 kilates. Ha sido su forma de negociar; a través de órdagos y con castigos a medida. Con la Unión Europea también le funcionó. Se firmó en Europa, pero lejos de Bruselas, concretamente a 1.000 kilómetros. Von der Leyen tuvo que ir hasta el complejo de golf de Trump en Escocia. Una fuerza que, aunque parece funcionarle, podría dinamitar también su economía.