Anna Possi, la camarera más longeva del mundo, sigue tras la barra a sus 100 años
La italiana lleva siete décadas sirviendo cafés en su bar de Nebbiuno
Cada día, Anna Possi madruga y enciende la cafetera en el Bar Centrale de Nebbiuno, un pequeño municipio a orillas del Lago Maggiore, en el norte de Italia. La suya no es una rutina cualquiera, sino la de quien ha dedicado toda una vida a un oficio: Anna acaba de cumplir cien años y lleva casi siete décadas sirviendo cafés a generaciones de clientes, lo que le ha valido el apodo de “la camarera más longeva del mundo” y un reciente reconocimiento a su trayectoria. Su historia como hostelera comenzó al terminar la Segunda Guerra Mundial, cuando decidió ayudar en los restaurantes familiares de sus tíos en Génova. Poco después, ya en Nebbiuno, abrió junto a su marido el Bar Centrale, hace ya 65 años. Desde la muerte de su esposo en 1974, Anna ha sido la única responsable del local, que se ha convertido en lugar de encuentro y referencia para toda la comunidad. Anna conserva la clientela de siempre, aunque muchos nuevos visitantes llegan atraídos por su récord y su vitalidad. Sin perder el humor ni la cercanía, reconoce con humildad su avanzada edad: “No sé hasta cuándo duraré. Pero tengo 101 años, ya no me queda mucho por esperar”, asegura. Sin embargo, la celebración de su próximo cumpleaños, el 16 de noviembre, no la disuade de mantener la puerta abierta y seguir trabajando, porque, como ella misma define, “esto es como una familia. No me parece un bar, me parece un lugar de encuentro”. Sus allegados coinciden en que el secreto de su longevidad está en su carácter activo y su sonrisa permanente, cualidades que han convertido a Anna Possi en un ejemplo de dedicación, optimismo y pasión por su trabajo.