Igor, es uno de ellos, se recupera en Kiev del disparo de un francotirador ruso cerca de Bajmut. Lleva 9 cirugías de reconstrucción, ya que la bala, que él mismo se quitó a través de la nariz, le destrozó la cara. Aún tiene que pasar varias veces por el quirófano. Petró es comandante de tanque, los rusos volaron el suyo en el frente de Zaporiyia. Cuando despertó del coma no tenía mandíbula. Los implantes que les han puesto a Igor y Petró se diseñaron e imprimieron en titanio con la innovadora tecnología de la empresa de Daniel, que desinteresadamente ha conseguido que cientos de soldados recuperen su cara. “Debido a la contraofensiva la cantidad de casos nos desbordan. El diseño e impresión de cada implante, totalmente personalizado, puede llevar más de un mes de trabajo.” El gobierno ucraniano corre con los gastos médicos pero no el del material de los implantes que, de momento, asume la Fundación Médicos para los Héroes. Petró sigue trabajando para el ejército, el sueño de Igor es volver alfrente con sus compañeros. El próximo 26 de agosto en el Campo Municipal Felipe Lucas “Pipe”, de Alcalá de Henares (Madrid), se celebrá un torneo benéfico cuya recaudación irá íntegra a costear estas reconstrucciones faciales.

-Redacción-