Francisco quería un epitafio franciscano: "Era un buen tipo. Hizo lo que pudo. No fue tan malo"
"Mis hermanos cardenales han ido a escoger papa casi al fin del mundo", decía Bergoglio al ser designado

"Mis hermanos cardenales han ido a escoger papa casi al fin del mundo". Decía Jorge Bergoglio al ser designado. Argentino y jesuita. En efecto la Iglesia católica parecía con ganas de explorar nuevos territorios. La elección del nombre: el primer Francisco de la historia. Era ya una declaración de intenciones que ratificó ya a mudarse a un modesto apartamento de la Casa Santa Marta del Vaticano. "Todo pastor debe mezclarse con sus ovejas", repetía. En su primer viaje a Brasil renunció al 'papamóvil' blindado y se mezcló con las masas. Símbolos e imágenes que multiplicó. Levantándose él para saludar a los migrantes de la isla de Lesbos, en Grecia, o lavando los pies de prisioneros en Roma. Medió en la reconciliación, ahora ya lejana, entre Cuba y Estados Unidos. Retiró la excomunión como regla general para divorciados y, sin cambiar la doctrina, se esforzó en cambiar el discurso hacia los homosexuales. Pero sobre todo un asunto lo ocupó y enfrentó a la Curia: el fin de la ley del silencio en los comportamientos pedófilos dentro de la Iglesia. Preguntado por cuál querría que fuera su epitafio Francisco elegía el más franciscano de todos: "Era un buen tipo. Hizo lo que pudo. No fue tan malo. Con eso me conformo".
-Redacción-