Segundo día de visita del presidente de Estados Unidos, Donal Trump. Es el último día, pero el más importante, con mucha más carga política. Tras despedirse del rey Carlos III, Trump ha aterrizado en los jardines de Chequers, la casa de campo del primer ministro británico. Si ayer la visita fue ejecutada por la monarquía, con un espectáculo militar nunca visto, hoy el encuentro se centra en sus conversaciones con el laborista Starmer. Alejado también de las protestas convocadas en el centro de Londres, sobre la mesa, temas como Gaza y Ucrania. Tras el Brexit, el Reino Unido quiere recuperar el peso a nivel internacional y también cerrar acuerdos comerciales estratégicos. Trump no viaja solo. Lo hace acompañado de los directores de los principales barcos de inversión y de las compañías más punteras de inteligencia artificial.