Manolo no ha faltado a la cita diaria con su panadería en los últimos 25 años. En este pequeño negocio familiar de Tui (Pontevedra) todo se hace artesanalmente. Manolo se encarga del pan, su mujer de la pastelería. Desde hace meses buscan un panadero que le sustituya porque en breve pasará por quirófano. Pero no aparece ningún sustituto porque no hay relevo generacional para un oficio que se está perdiendo. Lo mismo ocurre en otros despachos de pan, donde tampoco encuentran profesionales cualificados. Este problema sumado a los costes asociados a la panadería artesanal está llevando al cierre a más de un establecimiento.

-Redacción-