El sol, el mar, el clima... Son algunos de los factores que año a año convierten a la ciudad de Valencia en una de las preferidas por los turistas. La oferta es extensa para quienes están de paso. Pero no para vivir. Muy cerca de esta playa, en el barrio del Cabanyal-Canyameral, más de 400 viviendas se anuncian con un reclamo: alquileres cortos y rentabilidades altas. Es el fenómeno del "flexliving". "Son apartamentos turísticos con un nombre bonito. Y lo que se publicita a los inversores es que si tienes 200.000 euros invierte porque vas a obtener rentabilidad", dice Daniel Anell, presidente de la Asociación de Vecinos Cabanyal-Canyameral. La saturación turística se mide en función del número de habitantes. El Cabanyal supera los límites. Los vecinos lamentan la pérdida de identidad de un barrio marinero donde antes nadie quería vivir y en el que ahora no pueden por la presión turística y alza de precios. Quienes visitan el Cabanyal destacan la humanidad de sus habitantes. Los residentes, por su parte, piden la colaboración de las administraciones para lograr un modelo de turismo respetuoso y sostenible.