El hartazgo es generalizado, a cualquier hora y ofreciendo infinidad de servicios. Y eso que la ley es clara: desde hace año y medio están prohibidas si no existe un consentimiento previo. Ahora el Gobierno va más allá y todas las llamadas comerciales tendrán que empezar por los prefijos 800 o 900, así podremos identificarlas antes de cogerlas. Se evita la treta de las compañías de utilizar número móviles que no identificamos como comerciales. También hay centrales de llamadas ubicadas fuera de España que nos contactan suplantando números españoles. El envío de SMS también pretende regularse de forma más eficaz. Las compañías tendrán que estar inscritas en una base de datos autorizada. Los envíos masivos de mensajes que no están recogidos en esas listas se bloquearán automáticamente.

-Redacción-